miércoles, 7 de noviembre de 2012

MAS VALE PREVENIR QUE CURAR


MAS VALE PREVENIR QUE CURAR


Las empresas tienen cada vez más en cuenta la prevención de riesgos laborales en lo relacionado a la seguridad en el puesto de trabajo. 

También hay que tener en cuenta que hay sectores empresariales con más riesgo (construcción, industrial, químico, minero, naval, eléctrico, etc.) aunque se tiene que cumplir la normativa en todo tipo de sectores.

Aun así hay empresas que siguen sin aplicar las oportunas medidas de prevención poniendo en peligro la vida de sus trabajadores; estos se pueden negar a realizar el trabajo sin las medidas de seguridad y protección adecuadas, incluso pueden denunciar al empresario, aunque, ante estas dos situaciones, se arriesgan a poder perder su puesto de trabajo.
De todas formas, no entiendo como las correspondientes administraciones no hacen controles más severos, paralizando estas empresas y multando de forma ejemplar a los dueños de las mismas.




 Las empresas;También tenemos las que cumplen con la legislación en materia preventiva, eliminando la mayoría de los riesgos laborales y para aquellos que se no se pueden eliminar, evitarlos aplicando las correspondientes medidas correctivas o facilitando a los trabajadores los equipos de protección individual o colectiva necesarios para protegerles de los peligros que puedan amenazar su seguridad y/o su salud.
Las organizaciones tienen que informar a sus profesionales de los riesgos de cada puesto de trabajo, impartir los cursos de prevención oportunos y enseñar a usar los correspondientes equipos de protección a los profesionales que los precisen.
Aunque de nada sirve tener todas estas medidas implantadas en las empresas si luego los responsables de cumplirlas en su puesto de trabajo (los trabajadores) hacen caso omiso de las mismas, que desgraciadamente ocurre. ¿Cuántas veces se va a un taller con máquinas ruidosas y relativamente peligrosas y se ven los guantes protectores, así como los auriculares colgados en la máquina? Más a menudo de lo que sería deseable.

Muchos profesionales suelen cometer el error de pecar de exceso de confianza en el desempeño de las tareas de su puesto y eso suele ser su peor enemigo. El hecho de conocer el puesto de trabajo no te exime de ser victima de los riesgos del mismo sino haces lo exigido para evitarlo. 


El exceso de confianza nos deja oír frases como “yo no voy a tener un accidente de trabajo por mi experiencia”, “no conozco a nadie que haya tenido un accidente de trabajo”, “estas medidas no sirven para nada”… Se oyen más veces de las que sería aceptable. Esta actitud no es más que una clara imprudencia e insensatez por parte de estos profesionales al ignorar que están poniendo en peligro sus vidas y las de otros compañeros además de afectar a la propia empresa.

Las empresas tienen que tener mecanismos de control y sanción para aquellos trabajadores que no cumplen con su obligación de realizar su trabajo con seguridad usando lo necesario para ello.


Cada año, las estadísticas, nos dan malas noticias. Suben el número de accidentes de trabajo que se producen en nuestro país por imprudencia de los trabajadores que lo sufren, además de las muertes ocasionadas por los mismos. Los accidentes de trabajo suponen un alto coste para las empresas, por lo tanto, tenemos que exigir el cumplimiento del protocolo de seguridad a nuestros trabajadores “por las buenas” o si ellos así lo quieren, “por las malas”.



Acabo con una frase del celebre aragonés Santiago Ramón y Cajal:

 Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario